La situación actual, en cuanto a la relación prensa - publicidad, recuerda mucho (por no decir que es así claramente) a la frase de G.K. Chesterton: "El periodismo es el arte de llenar columnas impresas al dorso de los anuncios". ¿Prevalece la publicidad sobre la información? En el caso de la información impresa, contamos con que los periódicos son a la vez un medio donde publicitar y un producto.
En prensa es bastante importante la ubicación del anuncio, que a su vez va ligada con el precio de los mismos, para el que además hay que tener en cuenta la extensión del anuncio. Un anuncio en portada nos costará más que en las páginas interiores, igual que nos costará más uno que se ubique en la mitad superior que otro que lo haga en la mitad inferior.
Cuando se habla de dinero, todo vale. Periódicos que son capaces de teñirse de azul por un equipo de fútbol o por una nueva marca, otros que cubren su portada entera, obviando las principales informaciones para anunciar un coche o cualquier otro producto. Esto lleva a los publicistas a hacer crecer su imaginación hasta límites insospechables, cambiando formatos, anunciando un cortacésped que va eliminando información de la página u otras variables extravagantes. Consideradas auténticas joyas de la publicidad, acaban con la ética periodística de informar y dan toda la razón a la frase de Chesterton.
Como vemos, el ejemplo del cortacésped da para mucho, limpiacristales, cepillos o correctores de escritura sirven con este tipo de publicidad que "borra" información.
Otra modalidad es la de las portadas falsas, una portada (y contraportada) que cubren las reales del periódico y que se dedican enteras a publicitar un producto o marca. Estas portadas se pueden quitar y debajo aparece la portada original del día con su información, todo normal hasta que debajo no encontramos la portada real...Pero bueno, ahora nos incumbe esta modalidad, en la que podemos desprendernos de la publicidad encontrando la portada y contraportada del diario bajo esta. Esto está siendo usado muchísimo por los gratuitos, que ya sabemos que se deben aún más a la publicidad. ADN o 20 Minutos nos tienen bastantes acostumbrados a esto. Para muestra un botón:
La "cubre-portada" de este ADN está enteramente dedicada al festival Rock in Rio Madrid pero al despojarnos de ella encontramos el diario completo con su portada y contraportada normales. Como dije antes, lo grave es cuando la portada vende sus principales informaciones, su primera plana a una empresa. Sí, joyas publicitarias, impactantes, pero tiran por la borda su ética y el hecho de colocar las noticias más importantes en primera plana, ya que estas se ven suprimidas por la publicidad.
Encontramos en esta modalidad, la publicidad cinematográfica. Dicen que fueron 514.000 euros los que pagó Disney para colocar al sombrerero loco de Alicia en el País de las Maravillas en la portada del Los Angeles Times. Bastante interesante la verdad, muy satisfactoria graficamente, pero sigue significando venderse demasiado a la publicidad. Podíamos pensar que eran noticias antiguas o falsas las que se borran con la imagen del sombrerero, pero no, eran las primeras noticias del día para ese diario, suprimidas a causa de la publicidad de Disney.
También los principales diarios españoles se hacen eco de esta tendencia anunciando en sus portadas las películas de estreno. Vemos como El Mundo se vende a Nicolas Cage y su Señor de la Guerra mientras que El País hace lo mismo con Luis Tosar y Celda 211.
Como estos ejemplos, miles. Sí, bastante interesante en cuanto a publicidad se refiere, pero bastante preocupante para la labor periodística. No quiero pensar que realmente estamos tan subordinados a la publicidad como para tapar las noticias mas relevantes del día. Pero sí, sé que son ingeniosas joyas publicitarias y del diseño.
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